Cuando Pablo y Susana están a punto de recibir las llaves de su piso, eligen al padre de ella para que lleve el dinero al notario. Lo que no imaginan es que el hombre va a invertir el dinero en vez de entregarlo, dejando a la hija y al yerno sin casa. Por ello, el líder de los Mata les invita a que vivan con ellos. Así será cómo la pareja convivirá con un suegro y una suegra un tanto especiales, una tía de los más excéntrica, un abuelo cascarrabias y un cuñado tonto y separado que vive junto a sus dos hijos.